viernes, 14 de octubre de 2016

Corre corre 3


La inspectora Torres y su compañero esperaron a que el tal Fernando, que se había desmayado del susto al identificarse como policías, se despertara.

La madre se había ido a la cocina, sin tan apenas hacerle caso, y los policías se miraban sin saber qué hacer.
En unos minutos, el hombre despertó.

Temblando, les dijo,
- ¡yo no he hecho nada!
- ¿A qué se refiere, señor?- le preguntó educadamente la inspectora.

El hombre la miró de soslayo sin saber qué contestar.
- Yo no he sido señora, -repitió con la costumbre de haberlo hecho alguna otra vez- sea lo que sea...

El inspector se preguntaba como una mujer se había podido fijar en este miserable. Todos los defectos que un hombre pudiera tener... se reunían en el mismo. Se veía sucio y desagradable, y no miraba de frente.

- Señor venimos a preguntarle por Laura Melendez,- comenzó la inspectora
- Yo no he hecho nada- volvió a repetir, esta vez a la defensiva. - Solo fui a verla a su trabajo... un par de veces, ¿me ha denunciado la muy zorra?- preguntó de forma adusta
- No señor, no le ha denunciado, ¿qué relación tenía con ella?- preguntó seriamente la inspectora.
- Sea sincero señor, aconsejó el inspector. mirandolo estrictamente.
-si, yo salí con ella una vez... pero ya no quiso quedar más, dijo que éramos incompatibles... la muy estúpida, Yo soy el mejor partido que nunca pudo tener, pero prefirió quedar con otro. Lo vi, porque les seguí- contó del tirón- les seguí al restaurante y luego ella, la muy puta...
- ¡Basta! deje de insultarla o me veré en la obligación de detenerle- dijo enfadada la inspectora

El tipo pareció asustarse un poco. Se ve que no le gustaba la idea que se lo llevaran.

- Les decía que, ella, Laura, se lo llevó a su casa, y no salieron en muchas horas.. yo me fui a casa.
- ¿Qué día fue eso?- preguntó el inspector
- La semana pasada, el viernes. El jueves ella decía que no podía quedar porque tenía que limpiar la cocina- contestó el tipo.

Es decir que él sabía que salía tarde el jueves. Pero según había dicho la doctora, el primer golpe fue fuerte y este tío tan delgado no tenía pinta. Pero no lo descartarían.

-¿Dónde estuvo usted ayer sobre las 11 de la noche?- preguntó el inspector
- Estuve.... estuve en un bar, limpiando. Trabajo limpiando un bar del centro, cuando cierran, a las 10 o así, voy y estoy hasta las 2 de la mañana, limpiando, con mi compañero Antonio,

El hombre no parecía tan tonto pues ya proporcionó una coartada.
Después de solicitarle el número de teléfono del tal Antonio y del dueño del bar, se fueron. Poco había que hablar más. Al menos hasta que comprobasen todo.

Se volvieron para el centro, Deberían encontrar el tipo que les había descrito el  hombre.  Primero investigarían entre las citas de Laura, por ver si coincidían con la descripción.

Si no encontraban nada allí, no tenían claro por dónde seguir.

Cuando llegaron a la oficina, la doctora les esperaba. Había hecho la autopsia a la mujer, pero fuera de los golpes en la cabeza no había nada que señalar.

EL primer golpe llegó, como os comenté de lejos, por el impacto y la forma en que dejó marca. El objeto era redondo y rugoso, la marca, de momento no la hemos reconocido...
Ese golpe  no la dejó inconsciente, pero cayó. El caso es que al caer, se deslizó.. y eso es porque seguramente iba con velocidad, quizá corriendo...

La doctora era joven pero muy experta. Y ese detalle seguramente les ayudaría, porque si huía de alguien, había un motivo.

- una vez que cayó al suelo, recibió un segundo golpe en la nuca, que la dejo medio inconsciente. Se había arrastrado por las marcas del suelo y finalmente, el asesino se ensañó. Con odio. Le dio al menos seis golpes con otro objeto, tipo mazo o similar, algo duro y metálico. Ella ya había muerto para entonces. Quien fuera, estaba muy furioso... o furiosa.

-¿Crees que pudiera haber sido una mujer también?- preguntó el inspector
- El primer golpe fue hecho con una especie de bola redonda, de unos 2 kilos, si hace falta fuerza, pero más puntería digamos. - dijo pensativa la doctora- Una mujer o un hombre de constitución mediana podrían hacerlo. Y los otros golpes, fueron con la mujer indefensa, así que cualquiera pudo hacerlo. -continuó la doctora.- Tampoco había huellas ni otras marcas definidas. Por esa calle pasa mucha gente.

- Gracias doctora, - contestó la inspectora distraída- avísenos si encuentra algo más.
- Por supuesto inspectora- le dijo la doctora- Esto es realmente extraño.

Bajaron a la sala donde estaban los jóvenes informáticos, quienes bajo su petición, habían preparado una lista de los hombres con quien se había citado en los últimos meses. Había cinco. Con uno ya habían hablado. Hablarían con los cuatro restantes.

Todos encajaban en la mala descripción del tipejo de la mañana, porque eran altos y fuertes. Así que los citarían a todos en la central.

El problema era que tenía seudónimo y no podrían localizarlos a menos que tuvieran una orden para intervenir en la página, con lo que podían tardar días.

Mientras lo comentaban, a Nacho se le ocurrió una idea.

- ¡Hazte un perfil y queda con ellos!- le dijo inspirado
- ¿estás tonto? Yo no me voy a hacer ningún perfil aquí- dijo indignada
- No me lo voy a hacer yo, que no vendrían.-dijo sonriendo Nacho
- Puede ser falso- protestó la inspectora
- Si la foto es falsa, no acuden. Vamos , anímate, a lo mejor encuentras pareja. ¿O ya tienes?- preguntó indiscretamente Nacho.
- No, no tengo. Pero bueno, lo haré.

Así que ambos se pusieron manos a la obra. Crearon un perfil falso pero con la foto real.
Y buscaron los hombres que habían quedado con la mujer asesinada.

A las dos horas, ya tenía la primera cita.





jueves, 14 de abril de 2016

Corre, corre parte 2

Paula miró le reloj. Ya era hora de comer y todavía no tenía hambre. Ultimamente ni comía ni dormía.
Sus amigas le decían que se tenía que buscar un tío que le diese alguna alegría que otra. Pero ni ganas tenía. Su trabajo y su hijo la absorbían tanto que desde luego no había tiempo para hombres.

Hace unos años pensó que su compañero estaba interesado en ella. Aunque lo veía muy poco formal en su vida personal, siempre de juerga y ni llevaba la cuenta de sus ligues o novias. No porque se lo contara a ella, sino porque se lo contaba a los hombres y claro, se corría la voz por toda la comisaría.

De todas formas, era soltero y libre, así que podía hacer lo que le diera la gana.

Regresaron los compañeros que fueron a hablar con el entorno de la mujer asesinada y eso interrumpió sus pensamientos.

- Jefa,- comenzó Marta, - parece ser que la víctima no tenía ninguna relación sentimental que supieran, y como familia solo tenía un hermana que no vive aquí. Hemos hablado con ella y en unas horas se acercará por aquí. Intentaremos a través de su móvil encontrar a alguien que pueda encontrarle.

- Bien, -.contestó Paula- ¿vecinos, amigos?
- Hemos hablado con sus vecinos- contestó Juan, el otro inspector que fue con Marta al restaurante y a su casa. - Y lo normal, una chica que vivía sola, sin problemas, nada. En su casa no vimos nada especial, Todo muy ordenado, sin más.
- Hemos solicitado al juez que nos envíe el banco sus cuentas, y hemos traído el portátil para revisarlo. Nadie entró por la fuerza en su casa.

Es curioso, pensó Paula mientras se alejaba hacia su mesa. Una mujer sin familia apenas, sin pareja, sin problemas, y la asesinaron porque sí ¿? sin robo ni violación, nada. Un golpe en la cabeza y adiós para siempre.

Nacho miraba a Paula, adivinando el contenido de su cabeza. Había llegado un poco más tarde pues estaba revisando otro caso de un atraco que salió mal y un hombre fue asesinado con una navaja.
Notaba como su estupor por el caso crecía. Y la verdad, él mismo no sabía por dónde comenzar.

Salieron a comer un bocadillo. Paula llamó a  casa. Su hijo estaba bien y no la necesitaba, no tenía fiebre ya. Había tenido mucha suerte con su canguro, una vecina estudiante de enfermería, que le había quedado un par de asignaturas y tenía mucho tiempo libre. Además era un cielo y adoraba a su hijo.

Estaban en silencio comiéndose un bocadillo, Nacho, una hamburguesa doble, ella, un vegetal. Hasta en eso eran diferentes. Y sin embargo, con él se sentía bien, porque no la incomodaba, ni dudaba de ella. Cuando ingresó en la policía hace ya 15 años, tuvo algún problema con algún compañero, sin embargo ahora se sentía muy feliz en su trabajo, aun cuando a veces era muy duro.

Nacho comenzó a hablar con la boca medio llena.
- ¿qué opinas del caso de la calle San Pablo?- dijo masticando la hamburguesa.
- Es extraño- contestó Paula obviando la boca abierta de Nacho.
- Una mujer sin ningún tipo de problema- continuó ella. En las cuentas del banco, sacó dinero unos 2000 euros hace una semana, pero pudo ser para cualquier cosa. No es un dinero que pueda indicar un asesinato.

De repente sonó el teléfono. Eran del departamento de informática. Habían encontrado algo.

Pagaron la cuenta y se fueron. Nacho observó que Paula ni siquiera se había terminado el pequeño sandwich que había pedido. Cada día comía menos. Y no era por dieta, se la veía desganada.

Se acercaron al sótano, donde estaban los informáticos. Eran dos chavales jóvenes, con barba larga y pelo largo. Evidentemente no eran policías. La concejala del barrio estaba colaborando con la comisaría para insertar a jóvenes y les habían enviado a estos dos. Aparte de las pintas, eran dos chavales estupendos, con muchas ganas de ayudar, y salir adelante. Y teniendo tecnología a su alcance, eran sumamente felices.

-Hola, inspectora, empezó el más joven- hemos encontrado varias cosas curiosas. La primera, esta señora estaba suscrita a dos páginas de citas online, desde hace varios meses. Y ya había quedado con un par de tíos según su perfil.
-Uno de ellos, continuó el compañero- no le debió de gustar nada que ella no tuviera una segunda cita con él, y le mandaba mensajes bastante groseros, por decirlo suavemente.

- ¿habéis podido identificarlo?- preguntó Nacho
- si, nada de apodos. Es tan simple que ha puesto su nombre y apellidos. Solo buscándolo en la base de datos de la policía ya lo hemos encontrado pues tiene varias multas.
-¿algo más? preguntó la inspectora
- de momento no, pero seguiremos mirando en el historial y en las carpetas.
-Bueno, es un comienzo, vamos a visitar al tipo ese

Y se dirigieron hacia la calle Lasala Valdés, que es donde vivía ese tipo.
Llamaron al timbre de abajo, aunque no hizo falta que les abrieran pues salía un vecino entonces y entraron.
-Mejor, dijo Nacho, así no está sobre aviso.
Subieron los dos pisos andando, y llamaron a la puerta B, que era la suya.

Al principio nadie contestó, aunque miraron por la mirilla.
Nacho gritó, "policía, abran la puerta"
Siempre tan dramático, pensó Paula sonriendo. Sabía que disfrutaba cuando decía esa frase.

Una señora muy mayor abrió la puerta.
¿Qué desean? preguntó con voz temblorosa.
-Buenas tarde señora. -Habló Paula con voz suave- ¿vive aquí Fernando Gutierrez?
-Si,es mi hijo, ¿le ha pasado algo? -dijo la señora casi llorando.
-No señora, solo queríamos hablar con él.
-No está, vendrá de trabajar a las 8.

Y como casi eran las 8 de la tarde, les hizo pasar.
La casa era un auténtico bazar. Había libros y revistas, muñecos y figuras diseminadas por toda la casa.
Al ver que los policías se quedaban mirando, la señora se disculpó por el desorden. Pero vieron que en realidad, le debía fallar un poco la cabeza. Olía mal, como a basura sin sacar.

La señora les enseñó el cuarto de su hijo. Al contrario de la casa estaba milimétricamente ordenado y sin nada fuera de su lugar.
Ella les enseño una foto de su hijo. El tipo  era bajito y escuchimizado, con lo cual era probablemente descartable como asesino de la mujer. Aún así, se quedaron a interrogarle.

Se abrió la puerta y entró el tal Fernando.
-Madre!!!!!!!!!! ¿dónde está?
Y al ver a los dos policías, palideció y se cayó largo en el suelo

miércoles, 2 de marzo de 2016

Mi primer libro en Amazon

Bueno, ya está! Mi primer libro publicado en Amazon.

 Además no es el primer libro que esperaba publicar. Pensé que sería el de la historia de Jeff y Marta, que me tiene tan enamorada... y sin embargo no acabo de terminarlo. Yo creo que me da pena dejar la historia. Me gusta leerla y cambiar una cosa aquí y otra allá.

 Y eso que tengo ya hasta la portada diseñada!

 Pero bueno, hoy os quiero hablar de La Espía Enamorada.

 Es un relato corto, de una chica que es una espía, pero moderna, digamos que trabaja en misiones especiales. Aunque el relato no se centra en acciones, o en su trabajo totalmente, si que es imprescindible para conocer a su chico. Ambos vivirán aventuras e incluso correrán peligros mortales.

 Es una pequeña novela rosa, en principio no demasiado explícita. Y ya está publicada, así que podéis hacerme el honor de comprarla, no por el hecho del dinero, pues la he puesto a un precio muy económico. De hecho, si tenéis Kindle Unlimited, la podréis leer gratis, El hecho es la ilusión que me hace que alguien me la compre.

Hasta ahora (y hace una semana que la publiqué), no es que haya sido un éxito de nº1, o al menos no por ahora ;), pero si que ha llegado a estar en el nº 17 de los más vendidos de la sección romántica y aventuras, como podéis ver:
Lo que me hizo una gran ilusión!
Y bueno, me encantaría que visitaseis la página de Amazon, a ver qué tal va...
Esta es la portada:

Muchas gracias y nos vemos!



miércoles, 7 de octubre de 2015

Corre, corre... parte 1

Corre, corre… se dijo a sí misma mientras huía por la frías y resbaladizas calles del centro de Zaragoza. De poco le iba a servir… al final, la alcanzaron.


-                        -   Buenos días, Paco, dijo la inspectora Torres entrando por la comisaría del centro.- se la veía con ojeras pero siempre educada. La noche había sido dura, su hijo tenía fiebre y apenas había dormido tres horas. Menos mal que había remitido y la estudiante de enfermería que cuidaba a Pablo podría con eso y con más.
-                                -    Buenos días Inspectora, ¿qué tal está su hijo?- contestó amablemente el antiguo compañero de su hermano
-                                 -Mejor gracias, sonrió levemente y se fue para su despacho

La inspectora Martínez, del turno de noche estaba arreglando el tablón que usaban para el caso estrella, el caso importante del momento y al parecer había sido muy reciente, esa misma noche.
Le dejó un breve informe encima de su mesa junto al informe médico y se fue, casi sin mirarla. 

Paula se entristeció pues habían sido compañeras y buenas amigas hasta hace poco, y ahora, ni se hablaban. Sólo lo estrictamente necesario, y a veces, ni eso.

Se trataba del asesinato de una mujer de unos 40 años, que había salido de trabajar, de un restaurante del centro. Era la cocinera y se veía una persona bastante normal. En el informe ponía que había enviado a un par de agentes a interrogar en el restaurante y a los vecinos, por si habían visto algo.

Los informes decían que no había agresión, en el informe provisional, decía que había recibido un fuerte golpe en la cabeza, como si le hubieran lanzado algo, y una vez en el suelo, la golpearon de nuevo hasta matarla.

Cuando pasaban estas cosas, ella, a pesar de haber visto unos cuantos crímenes, no dejaba de pensar en la familia de la persona, en la tristeza que sentiría y a la vez, en lo que le pasaría a su familia, a su hijo, si algún día le pasase algo.

Ensimismada como estaba, no se dio cuenta de que su compañero, Nacho, entraba por la puerta. Ella se giró y le vio, como siempre habría venido de juerga, o se había acostado tarde, estaba un poco despeinado y con la camisa por fuera. Su mirada severa bastó para que se arreglase un poco.

-                         -  ¿Qué tenemos, Paula?- preguntó con voz rasposa
-                          - Una mujer de 40 años, asesinada a golpes cuando salía de trabajar. No ha habido ni atraco ni agresión. Sólo la golpearon y se fueron.
-                            -   Vaya,  - contestó Nacho, sinceramente apenado. Nadie entendía las muertes sin sentido, ni las otras, claro. Y en qué calle?
-                         -   La golpearon desde la calle San pablo y salió arrastrándose hasta Cesaraugusto, donde la remataron. Salía de trabajar de un restaurante cercano. No tuvo suerte.

Nacho cogió los informes, Clara Saldón, nacida en 1975, ¿han ido a su casa? ¿algún familiar cercano?
-          Han ido Juan y Marta al restaurante y luego se pasaban por su casa.

Una llamada les interrumpió. Era Rocío, la ayudante de forense, que tenía más datos.
Se dirigieron hasta el sótano donde estaba el laboratorio forense. Rocío les esperaba junto a la fallecida. La mujer asesinada tenía el rostro sereno. La forense siempre hacía que tuvieran ese  rostro, los familiares nunca veían el rostro del dolor o de la suciedad.

-                   - Hemos visto algo muy raro…  -comenzó Rocío. El primer golpe que recibió, fue en la cabeza, en la parte lateral izquierda, la tiró al suelo, y ella pudo arrastrarse. Aunque al final falleció por los golpes en la cabeza. Lo curioso fue, que el primer golpe que recibió requirió de mucha puntería, puesto que por la velocidad y el trayecto, y de noche cerrada, fue muy difícil acertarle.

-                 - Quieres decir, que alguien le tiró el objeto desde lejos, ¿y a acertó?, preguntó Paula con asombro
-                 - Si, contestó Rocío. De unos 6 u 8 metros. Y el objeto en cuestión era pesado, así que se trata de alguien muy fuerte, diestro, y con una gran puntería.  Después, ella se giró y vio como su asesino le asestaba el golpe mortal. Después, se marchó y se llevó el objeto asesino.

      -Gracias Rocío, si averiguas algo, nos comentas.

Nacho miró a Paula mientras subían, tenía mala cara. Desde que se divorció hace dos años, ya no había levantado cabeza. En su trabajo siempre había sido perfecta, pero hacerse cargo de un hijo de 8 años, algo rebelde, ella sola, con este trabajo, no era fácil. Él se alegró cuando ella se divorció, porque siempre se había sentido atraído por ella, y pensó que entonces podría ser su oportunidad, pero ella no parecía receptiva a ninguna relación. Así que simplemente, lo había dejado pasar.
Pero los últimos meses se sentía molesto porque parece que había conocido a un hombre, posiblemente  el padre de algún compañero y parecía ilusionada. Y entonces él no sabía cómo decirle algo…

Paula se dirigió a su despacho. Nacho, vamos a investigar el entorno. Me parece algo bastante premeditado y no algo casual. 

Los compañeros regresaban del restaurante y de su casa. Parece ser que estaba soltera, una persona bastante formal, normal, en el restaurante están hechos polvo, comentó Marta. Se quedó cerrando, limpiando la cocina, como todos los jueves. Se quedaba ella sola porque desinfectaba todos los utensilios. Por otra parte, personalmente vivía sola, el familiar más cercano es su hermana, y sus sobrinos, que vienen hacia aquí.

Entonces esperaremos, dijo Paula. Mientras tanto, ¿habéis visto el móvil o los extractos bancarios?

-          Todo normal. Estamos esperando que nos traigan su ordenador, por si podemos ver alguna cosa más.

Paula estaba bastante intrigada. Un asesinato tan absurdo pero a la vez tan planeado. ¿qué es lo que escondía esta mujer?

viernes, 28 de agosto de 2015

Otro cuento de la Cenicienta

Erase una vez una joven de 15 años llamada Rory, cuya madre acababa de morir. Su padre, que era viajante médico, volvió a casarse a los dos años con una mujer divorciada con dos hijas, una de 14 y otra de 18 años.
Al principio todo fue bien…. Pero el padre tuvo un accidente y falleció, así que tuvieron que vender el piso que tenían y comprarse uno pequeño. Y ponerse a trabajar.
Sus hermanastras se negaron a trabajar así que Rory tuvo que dejar los estudios y trabajar como pinche en un restaurante. Y las mantenía a las tres.
Pasaron dos años. El dueño del restaurante celebraba la boda de su hija e invitó a Rory y a su familia a la cena y al baile. Rory no sabía qué ponerse, tan apenas guardaba un poco de dinero. Así que decidió ir al rastro y comprarse algo.
Llegó la boda y ella se sentía como la hermana pobre, cuando era ella la que trabajaba.
Así que antes de que se acabase la boda, volvió a su casa, cogió su maleta con lo poco que tenía y se fue de casa. Para no volver. Y fue feliz para siempre jamás.



sábado, 14 de marzo de 2015

La primera Vez- 2

Yo me sonrojé y bajé la mirada hacia mi Martini, que ya por cierto no quedaba y me pedí otro. A los cinco minutos sentí su presencia y su fenomenal olor a colonia cerca de mi.

  • -          Hola, me dijo, ¿te conozco? Susurró en mi oído con su profunda voz
  • -          No.. dije, no creo que no.
  • -          Me estabas mirando- dijo sonriendo
  • -          Te confundí con otra persona, tartamudeé, por decirle algo.
  • -          ¿estas con alguien?- siguió preguntándome  mientras paseaba descaradamente su mirada por mi escote
  • -          -bueno había venido con una amiga, y se la señalé, ana estaba en un rincón metiéndose mano con su nuevo ligue. Pero como ves está ocupada
  • -          Muy bien, me alegro así te puedo conocer. Me llamo Santi, y tu?
  • -          Me llamo… María, no le quise decir mi verdadero nombre, Violeta, no se por qué, pero no quería que supiese mucho de mi.
  • -          Bien… maría, encantado

-

Creo que se había dado cuenta que no era mi verdadero nom bre pero no le debía de importar.
  • -          Y bien María, qué quieres hacer? Nos vamos a otro sitio más tranquilo? Dijo con una sonrisa pícara

-          Umm no , de momento podemos quedarnos aquí,  y pensé que quería saber un poco más antes de irme con él a la cama. Porque si, había decidido que sería el.

Me gustaban sus manos grandes pero suaves, me habían rozado el brazo y me había recorrido un escalofrío y olía francamente bien.  Una vez salí  con un chico solo porque olía de maravilla. Y es que me fiaba mucho del olor de las personas.  Además tenía una boca bonita, y unos ojos oscuros preciosos. Aunque su cabello era castaño y algo largo, por otra parte se veía que tenía estilo aunque no iba muy arreglado.  Así que, era el tío perfecto. Pero, ¿cómo llegaría a invitarle a mi habitación sin parecer otra cosa? Supongo que los tres martinis que me había tomado y que no estaba acostumbrada, me ayudarían bastante a ello.

Poco a poco empezamos una conversación sin explicar qué hacíamos ni cómo eramos. Ninguno de los dos estaba interesado en dar detalles íntimos y me pareció mejor. Sus amigos se fueron del pub a otro y nos invitaron a ir y cuando Santi les dijo que no hubo burlas e indirectas muy directas pero el solo se reía. Supongo que le apetecía estar conmigo, aun que no era la chica más mona del bar, supongo que tener una buena delantera siempre llama la atención…

....................

Casi no me puedo creer que una chica tan mona me esté mirando. Me ha dicho Ángel que no me perdía de vista. Y cuando me he vuelto, la he visto mirando, casi descaradamente, aunque cuando le he sonreído creo que se ha puesto roja y ha bajado la vista. Es una contradicción una mujer tan exuberante y bonita con un cuerpo para el sexo, y parece una tímida colegiala. Me acerco a ella seguro. Además desde que rompi con Teresa hace seis meses no he estado con ninguna tía mejor dicho, no me ha interesado ninguna. Pero esta me intriga.

Cuando me acerco a ella se pone nerviosa, se le ha caído hasta el bolso, y al levantarse a cogerlo, veo su fantástico trasero, y me dan ganas de desnudarla y hacerle el amor aquí mismo.  Creo que me estoy excitando. Espero que no sea una petarda como las últimas que se me han acercado.

Se llama María aunque no se por qué, no le pega ese nombre. Parece una chica muy normal, pero ¡no se da cuenta del cuerpo tan excitante que tiene! O lo disimula muy bien. No se da cuenta del efecto que tiene en todo mi cuerpo..

No quiere irse, ha venido con una amiga que por cierto pasa de ella porque está enrollándose de mala manera en un rincón. Solo le falta ponerse encima del tio porque  casi lo están haciendo. Espero que ella no se a así. No lo parece pero… supongo que si va con esta será del estilo.

Se acerca a mi, creo que a olerme…
-hueles muy bien Santi. – dice susurrando y me pongo de repente, duro. Solo por tenerla un poco cerca y olerla también. Huele fresca a flores, y me sorprende porque le pegaría un perfume exótico, no algo floral. Es un contraste que todavía me excita más.

La intento besar pero solo recibo una breve contestación, sin lengua, ni siquiera abre la boca. Se está haciéndola dura… pero pone la mano sobre mi pecho y me dice, vámonos.

................

María suspira, el ha intentado besarla pero a ella le da miedo que él sepa que nunca ha besado a un hombre en serio, y que se de cuenta de lo inexperta que es y por tanto no quiera irse a la cama con ella. Pero cuando le invita a irse, el rápidamente se  apunta.

Tengo una habitación ya que acabo de llegar a la ciudad, dice María, y le lleva a un hotel pequeño y cercano. El la sigue como un corderito sin creerse la suerte que ha tenido. Quien le iba a decir cuando comenzó la noche que la iba a  acabar con un bombón así. Y ella parece que no es consciente de lo buena que está. O lo disimula muy bien porque está acostumbrada a que los tíos babeen por ella.

Llegamos a su habitación y veo sus maletas, parece cierto que acaba de llegar. Si que empieza bien en la ciudad. Me parece un poco descarado por su parte llegar y tirarse al primer tío, pero bueno es su problema, el mío es pasármelo bien.

Le miro, es muy guapo y grande, como me gustan a mi. Realmente no se por dónde empezar, como él no empiece, no sé qué haré… de momento me voy a quitar los tacones que me están matando.


Parece incluso tímida, pero no tiene pintas de tener poca experiencia, no se cómo abordarla… 

martes, 10 de marzo de 2015

La Primera Vez

Hoy pierdo mi virginidad, y lo demostraré, demostraré que no tengo miedo y que soy una mujer adulta.

Mis amigas se reían siempre de que todavía a mis 23 años era virgen cuando ellas se habían acostado con unos cuantos incluso una de ellas ya estaba embarazada… pero no me sentía segura ni siquiera para besar a un hombre, no en serio nunca lo había hecho. Pero cuando llegué a Madrid desde el pueblecito costero cerca de Valencia, de donde vivía pensé que parecería una niña tonta si en algún momento  alguien se enteraba que todavía no había estado con ningún tío.


Así que esa noche que había quedado con la prima de mi amiga, Ana, que vivía en Madrid para presentarme a sus amigos y conocer el ambiente,  me decidí. Me decidí a acostarme con el primer tío bueno que se fijase en mi. Creo que no sería difícil ligar con alguno, yo no estaba mal, sin ser algo espectacular. 

Morenita de piel y de pelo, lo que hacía destacar mis ojos de color miel que matizaban mi aspecto algo agitanado., dicen que tuve una abuela gitana de la que se enamoró perdidamente mi abuelo y se escaparon… bueno una historia muy romántica.

Y de ahí heredé esos genes, mi pelo rizado y negro y el cuerpo lleno de curvas que intento disimular con ropa ancha, pues ya me ha traído algún problema con los  hombres. Mejor esconderse, trae menos complicaciones.

Así que ahí estaba en el pub de turno con Ana que ya se había enrollado con un tío y me había dejado colgada, bebiendo martini tras martini, para darme ánimo para hacer lo que había venido decidida a hacer. Además todavía tenía la habitación del hostal alquilada hasta mañana, con lo cual, no había problema de sitio. El problema sería elegir el hombre adecuado...

Seguía mirando alrededor del bar, pero como era pronto, no había mucho ambiente, aunque si que Ana había encontrado un rincón y un tío con el que darse el lote, solo había un grupo de ejecutivos de mediana edad que claro no me quitaban los ojos de encima, y otro grupo de parejas. Y la verdad que mi primer tío fuera un salido, posiblemente casado y más probablemente borracho, no me apetecía nada.

Me había puesto un vestido ajustado para la ocasión; si quieres pescar, tienes que poner cebo, y aunque era azul oscuro, me marcaba bastante bien las curvas. Y eso que estaba en un rincón, apartada, intentando no llamar la atención de momento, pero claro la melena rizada y la piel dorada, o eso me decían, había hecho que dos moscones maduritos se acercasen a probar suerte. 

En esos momentos todavía estaba Ana y los echó. Ella sabia mis planes, y me miraba raro, ya lo sabía yo , por ser virgen, y me decía que la primera vez tenía que ser memorable. Que eso nunca se olvida. Aunque ella perdió la virginidad a los 16 y casi ni se enteró.


Ya estaba decidida a marcharme cuando vi entrar a a otro grupo que se reunió con los ejecutivos. Con ellos entraron varios chicos que estaban muy bien, cualquier de ellos me serviría. Pensé. Aunque había uno que me llamaba más la atención, alto, fuerte, de hombros anchos, con una camisa blanca remangada y unos vaqueros algo bajos y deshilachados. Parecía algo más mayor que yo pero  no mucho. Parecía limpio, y quizá iba un poco  bebido pero no mucho. Si me he de acostar con alguien, al menos que  sea limpio y que tenga buenas pintas. Tan fijamente lo estaba mirando que lo debió notar o alguien se lo dijo, porque se volvió y me miró a los ojos. Y me sonrió ligeramente.