viernes, 14 de octubre de 2016

Corre corre 3


La inspectora Torres y su compañero esperaron a que el tal Fernando, que se había desmayado del susto al identificarse como policías, se despertara.

La madre se había ido a la cocina, sin tan apenas hacerle caso, y los policías se miraban sin saber qué hacer.
En unos minutos, el hombre despertó.

Temblando, les dijo,
- ¡yo no he hecho nada!
- ¿A qué se refiere, señor?- le preguntó educadamente la inspectora.

El hombre la miró de soslayo sin saber qué contestar.
- Yo no he sido señora, -repitió con la costumbre de haberlo hecho alguna otra vez- sea lo que sea...

El inspector se preguntaba como una mujer se había podido fijar en este miserable. Todos los defectos que un hombre pudiera tener... se reunían en el mismo. Se veía sucio y desagradable, y no miraba de frente.

- Señor venimos a preguntarle por Laura Melendez,- comenzó la inspectora
- Yo no he hecho nada- volvió a repetir, esta vez a la defensiva. - Solo fui a verla a su trabajo... un par de veces, ¿me ha denunciado la muy zorra?- preguntó de forma adusta
- No señor, no le ha denunciado, ¿qué relación tenía con ella?- preguntó seriamente la inspectora.
- Sea sincero señor, aconsejó el inspector. mirandolo estrictamente.
-si, yo salí con ella una vez... pero ya no quiso quedar más, dijo que éramos incompatibles... la muy estúpida, Yo soy el mejor partido que nunca pudo tener, pero prefirió quedar con otro. Lo vi, porque les seguí- contó del tirón- les seguí al restaurante y luego ella, la muy puta...
- ¡Basta! deje de insultarla o me veré en la obligación de detenerle- dijo enfadada la inspectora

El tipo pareció asustarse un poco. Se ve que no le gustaba la idea que se lo llevaran.

- Les decía que, ella, Laura, se lo llevó a su casa, y no salieron en muchas horas.. yo me fui a casa.
- ¿Qué día fue eso?- preguntó el inspector
- La semana pasada, el viernes. El jueves ella decía que no podía quedar porque tenía que limpiar la cocina- contestó el tipo.

Es decir que él sabía que salía tarde el jueves. Pero según había dicho la doctora, el primer golpe fue fuerte y este tío tan delgado no tenía pinta. Pero no lo descartarían.

-¿Dónde estuvo usted ayer sobre las 11 de la noche?- preguntó el inspector
- Estuve.... estuve en un bar, limpiando. Trabajo limpiando un bar del centro, cuando cierran, a las 10 o así, voy y estoy hasta las 2 de la mañana, limpiando, con mi compañero Antonio,

El hombre no parecía tan tonto pues ya proporcionó una coartada.
Después de solicitarle el número de teléfono del tal Antonio y del dueño del bar, se fueron. Poco había que hablar más. Al menos hasta que comprobasen todo.

Se volvieron para el centro, Deberían encontrar el tipo que les había descrito el  hombre.  Primero investigarían entre las citas de Laura, por ver si coincidían con la descripción.

Si no encontraban nada allí, no tenían claro por dónde seguir.

Cuando llegaron a la oficina, la doctora les esperaba. Había hecho la autopsia a la mujer, pero fuera de los golpes en la cabeza no había nada que señalar.

EL primer golpe llegó, como os comenté de lejos, por el impacto y la forma en que dejó marca. El objeto era redondo y rugoso, la marca, de momento no la hemos reconocido...
Ese golpe  no la dejó inconsciente, pero cayó. El caso es que al caer, se deslizó.. y eso es porque seguramente iba con velocidad, quizá corriendo...

La doctora era joven pero muy experta. Y ese detalle seguramente les ayudaría, porque si huía de alguien, había un motivo.

- una vez que cayó al suelo, recibió un segundo golpe en la nuca, que la dejo medio inconsciente. Se había arrastrado por las marcas del suelo y finalmente, el asesino se ensañó. Con odio. Le dio al menos seis golpes con otro objeto, tipo mazo o similar, algo duro y metálico. Ella ya había muerto para entonces. Quien fuera, estaba muy furioso... o furiosa.

-¿Crees que pudiera haber sido una mujer también?- preguntó el inspector
- El primer golpe fue hecho con una especie de bola redonda, de unos 2 kilos, si hace falta fuerza, pero más puntería digamos. - dijo pensativa la doctora- Una mujer o un hombre de constitución mediana podrían hacerlo. Y los otros golpes, fueron con la mujer indefensa, así que cualquiera pudo hacerlo. -continuó la doctora.- Tampoco había huellas ni otras marcas definidas. Por esa calle pasa mucha gente.

- Gracias doctora, - contestó la inspectora distraída- avísenos si encuentra algo más.
- Por supuesto inspectora- le dijo la doctora- Esto es realmente extraño.

Bajaron a la sala donde estaban los jóvenes informáticos, quienes bajo su petición, habían preparado una lista de los hombres con quien se había citado en los últimos meses. Había cinco. Con uno ya habían hablado. Hablarían con los cuatro restantes.

Todos encajaban en la mala descripción del tipejo de la mañana, porque eran altos y fuertes. Así que los citarían a todos en la central.

El problema era que tenía seudónimo y no podrían localizarlos a menos que tuvieran una orden para intervenir en la página, con lo que podían tardar días.

Mientras lo comentaban, a Nacho se le ocurrió una idea.

- ¡Hazte un perfil y queda con ellos!- le dijo inspirado
- ¿estás tonto? Yo no me voy a hacer ningún perfil aquí- dijo indignada
- No me lo voy a hacer yo, que no vendrían.-dijo sonriendo Nacho
- Puede ser falso- protestó la inspectora
- Si la foto es falsa, no acuden. Vamos , anímate, a lo mejor encuentras pareja. ¿O ya tienes?- preguntó indiscretamente Nacho.
- No, no tengo. Pero bueno, lo haré.

Así que ambos se pusieron manos a la obra. Crearon un perfil falso pero con la foto real.
Y buscaron los hombres que habían quedado con la mujer asesinada.

A las dos horas, ya tenía la primera cita.





jueves, 14 de abril de 2016

Corre, corre parte 2

Paula miró le reloj. Ya era hora de comer y todavía no tenía hambre. Ultimamente ni comía ni dormía.
Sus amigas le decían que se tenía que buscar un tío que le diese alguna alegría que otra. Pero ni ganas tenía. Su trabajo y su hijo la absorbían tanto que desde luego no había tiempo para hombres.

Hace unos años pensó que su compañero estaba interesado en ella. Aunque lo veía muy poco formal en su vida personal, siempre de juerga y ni llevaba la cuenta de sus ligues o novias. No porque se lo contara a ella, sino porque se lo contaba a los hombres y claro, se corría la voz por toda la comisaría.

De todas formas, era soltero y libre, así que podía hacer lo que le diera la gana.

Regresaron los compañeros que fueron a hablar con el entorno de la mujer asesinada y eso interrumpió sus pensamientos.

- Jefa,- comenzó Marta, - parece ser que la víctima no tenía ninguna relación sentimental que supieran, y como familia solo tenía un hermana que no vive aquí. Hemos hablado con ella y en unas horas se acercará por aquí. Intentaremos a través de su móvil encontrar a alguien que pueda encontrarle.

- Bien, -.contestó Paula- ¿vecinos, amigos?
- Hemos hablado con sus vecinos- contestó Juan, el otro inspector que fue con Marta al restaurante y a su casa. - Y lo normal, una chica que vivía sola, sin problemas, nada. En su casa no vimos nada especial, Todo muy ordenado, sin más.
- Hemos solicitado al juez que nos envíe el banco sus cuentas, y hemos traído el portátil para revisarlo. Nadie entró por la fuerza en su casa.

Es curioso, pensó Paula mientras se alejaba hacia su mesa. Una mujer sin familia apenas, sin pareja, sin problemas, y la asesinaron porque sí ¿? sin robo ni violación, nada. Un golpe en la cabeza y adiós para siempre.

Nacho miraba a Paula, adivinando el contenido de su cabeza. Había llegado un poco más tarde pues estaba revisando otro caso de un atraco que salió mal y un hombre fue asesinado con una navaja.
Notaba como su estupor por el caso crecía. Y la verdad, él mismo no sabía por dónde comenzar.

Salieron a comer un bocadillo. Paula llamó a  casa. Su hijo estaba bien y no la necesitaba, no tenía fiebre ya. Había tenido mucha suerte con su canguro, una vecina estudiante de enfermería, que le había quedado un par de asignaturas y tenía mucho tiempo libre. Además era un cielo y adoraba a su hijo.

Estaban en silencio comiéndose un bocadillo, Nacho, una hamburguesa doble, ella, un vegetal. Hasta en eso eran diferentes. Y sin embargo, con él se sentía bien, porque no la incomodaba, ni dudaba de ella. Cuando ingresó en la policía hace ya 15 años, tuvo algún problema con algún compañero, sin embargo ahora se sentía muy feliz en su trabajo, aun cuando a veces era muy duro.

Nacho comenzó a hablar con la boca medio llena.
- ¿qué opinas del caso de la calle San Pablo?- dijo masticando la hamburguesa.
- Es extraño- contestó Paula obviando la boca abierta de Nacho.
- Una mujer sin ningún tipo de problema- continuó ella. En las cuentas del banco, sacó dinero unos 2000 euros hace una semana, pero pudo ser para cualquier cosa. No es un dinero que pueda indicar un asesinato.

De repente sonó el teléfono. Eran del departamento de informática. Habían encontrado algo.

Pagaron la cuenta y se fueron. Nacho observó que Paula ni siquiera se había terminado el pequeño sandwich que había pedido. Cada día comía menos. Y no era por dieta, se la veía desganada.

Se acercaron al sótano, donde estaban los informáticos. Eran dos chavales jóvenes, con barba larga y pelo largo. Evidentemente no eran policías. La concejala del barrio estaba colaborando con la comisaría para insertar a jóvenes y les habían enviado a estos dos. Aparte de las pintas, eran dos chavales estupendos, con muchas ganas de ayudar, y salir adelante. Y teniendo tecnología a su alcance, eran sumamente felices.

-Hola, inspectora, empezó el más joven- hemos encontrado varias cosas curiosas. La primera, esta señora estaba suscrita a dos páginas de citas online, desde hace varios meses. Y ya había quedado con un par de tíos según su perfil.
-Uno de ellos, continuó el compañero- no le debió de gustar nada que ella no tuviera una segunda cita con él, y le mandaba mensajes bastante groseros, por decirlo suavemente.

- ¿habéis podido identificarlo?- preguntó Nacho
- si, nada de apodos. Es tan simple que ha puesto su nombre y apellidos. Solo buscándolo en la base de datos de la policía ya lo hemos encontrado pues tiene varias multas.
-¿algo más? preguntó la inspectora
- de momento no, pero seguiremos mirando en el historial y en las carpetas.
-Bueno, es un comienzo, vamos a visitar al tipo ese

Y se dirigieron hacia la calle Lasala Valdés, que es donde vivía ese tipo.
Llamaron al timbre de abajo, aunque no hizo falta que les abrieran pues salía un vecino entonces y entraron.
-Mejor, dijo Nacho, así no está sobre aviso.
Subieron los dos pisos andando, y llamaron a la puerta B, que era la suya.

Al principio nadie contestó, aunque miraron por la mirilla.
Nacho gritó, "policía, abran la puerta"
Siempre tan dramático, pensó Paula sonriendo. Sabía que disfrutaba cuando decía esa frase.

Una señora muy mayor abrió la puerta.
¿Qué desean? preguntó con voz temblorosa.
-Buenas tarde señora. -Habló Paula con voz suave- ¿vive aquí Fernando Gutierrez?
-Si,es mi hijo, ¿le ha pasado algo? -dijo la señora casi llorando.
-No señora, solo queríamos hablar con él.
-No está, vendrá de trabajar a las 8.

Y como casi eran las 8 de la tarde, les hizo pasar.
La casa era un auténtico bazar. Había libros y revistas, muñecos y figuras diseminadas por toda la casa.
Al ver que los policías se quedaban mirando, la señora se disculpó por el desorden. Pero vieron que en realidad, le debía fallar un poco la cabeza. Olía mal, como a basura sin sacar.

La señora les enseñó el cuarto de su hijo. Al contrario de la casa estaba milimétricamente ordenado y sin nada fuera de su lugar.
Ella les enseño una foto de su hijo. El tipo  era bajito y escuchimizado, con lo cual era probablemente descartable como asesino de la mujer. Aún así, se quedaron a interrogarle.

Se abrió la puerta y entró el tal Fernando.
-Madre!!!!!!!!!! ¿dónde está?
Y al ver a los dos policías, palideció y se cayó largo en el suelo

miércoles, 2 de marzo de 2016

Mi primer libro en Amazon

Bueno, ya está! Mi primer libro publicado en Amazon.

 Además no es el primer libro que esperaba publicar. Pensé que sería el de la historia de Jeff y Marta, que me tiene tan enamorada... y sin embargo no acabo de terminarlo. Yo creo que me da pena dejar la historia. Me gusta leerla y cambiar una cosa aquí y otra allá.

 Y eso que tengo ya hasta la portada diseñada!

 Pero bueno, hoy os quiero hablar de La Espía Enamorada.

 Es un relato corto, de una chica que es una espía, pero moderna, digamos que trabaja en misiones especiales. Aunque el relato no se centra en acciones, o en su trabajo totalmente, si que es imprescindible para conocer a su chico. Ambos vivirán aventuras e incluso correrán peligros mortales.

 Es una pequeña novela rosa, en principio no demasiado explícita. Y ya está publicada, así que podéis hacerme el honor de comprarla, no por el hecho del dinero, pues la he puesto a un precio muy económico. De hecho, si tenéis Kindle Unlimited, la podréis leer gratis, El hecho es la ilusión que me hace que alguien me la compre.

Hasta ahora (y hace una semana que la publiqué), no es que haya sido un éxito de nº1, o al menos no por ahora ;), pero si que ha llegado a estar en el nº 17 de los más vendidos de la sección romántica y aventuras, como podéis ver:
Lo que me hizo una gran ilusión!
Y bueno, me encantaría que visitaseis la página de Amazon, a ver qué tal va...
Esta es la portada:

Muchas gracias y nos vemos!